Personalmente me encanta el estilo limpio y lo más ordenado posible. Y como lo minimalista siempre tiende a la sobriedad casi rozando lo aburrido, los detalles de colores ayudan a dar no solo vida a una habitación sino que al mismo tiempo la dotan de cierta personalidad.
Philippe Starck caracteriza sus diseños al utilizar acrílicos, en especial en sus sillas y de esta forma mezclar la línea clásica con materiales modernos. Pero en este caso realiza el gran salto con sus fantásticas y coloridas Mademoiselle Armchairs. Los patrones y texturas son de gran impacto y aseguran poder vestir enteramente una habitación que hasta ese momento tenía muy poco color.
Visto en Apartment Therapy.