Hace unos días hablábamos sobre la decisión de cambiar la bañera por una ducha y las consecuencias básicas de este cambio. Hoy vamos a estudiar un poco mejor las ventajas de optar por la segunda opción.
Obviamente, lo primero que nos viene a la mente es el tema del espacio. En un baño no muy amplio podemos tener una ducha cómoda cuando quizás si elegimos la bañera terminamos teniendo un modelo pequeño y poco funcional. Salvo que el baño tenga el área suficiente, sin dudas lo mejor es quedarnos con una ducha o cambiar a ella.
Si hablamos de ahorro, la misma ahorra grandes cantidades de agua. Por otro lado su limpieza nos va a traer menos problemas que en el caso de una bañera y como ya dijimos si hay niños o personas mayores en nuestro hogar les va a ser mucho mas accesible y cómodo el baño.
Recordemos que hoy en día hay una amplia gama de duchas modernas, cabinas y modelos que ofrecen un gran atractivo a nuestro espacio, dejando atrás las duchas clásicas, pequeñas y algo aburridas. Es solo cuestión de tomarnos un tiempo para averiguar en empresas y profesionales que puedan guiarnos en este tema y mostrarnos qué opciones se encuentran disponibles dentro de la suma de dinero que tenemos planeada gastar.
Ellos serán también los que nos asesoren en cuanto a los materiales que utilizaremos, que obviamente deben ser de calidad y resistentes a la humedad. Mas allá de agregar o no detalles «extras», lo importante es que entremos en esto sabiendo que es uno de esos casos en los cuales ahorrar al máximo pagando materiales económicos no nos va a resultar útil si en unos meses la ducha va a arruinarse, asi que mejor esperar a estar en posición de poder hacer esta inversión y asegurarnos de que va a ser algo duradero.
Imagen de Showerlux